Para quien ha mirado una estrella y ha sentido que el universo conspiraba en su favor. Para quien encontró en otro cuerpo el mapa de su propio destino, y en su luz, el remedio al fuego que habita en la piel. Que estos versos recuerden que el amor, cuando es verdadero, nos vuelve al mismo tiempo criaturas y dioses.
Para ti, mi Pantera Negra.
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