Para quien ha habitado la noche vacía y ha sentido, en medio de la sombra, el fuego de una presencia que no se toca, pero que lo llena todo. Para quien sabe que el deseo no siempre pide un cuerpo cerca, sino la certeza de un latido compartido más allá del tiempo y la distancia. Que estos versos acompañen tu vigilia y transformen la ausencia en un encuentro sin fin.
Para ti, mi Pantera Negra.
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