Vuelo I - Sueño en el Crepúsculo


Para quien ha vivido un instante tan luminoso que el tiempo se suspende, y el recuerdo se vuelve un territorio habitado. Para quien lleva en el pecho el aleteo de un colibrí, el sabor del océano compartido, y la certeza de que algunos encuentros no son un final, sino un  comienzo perpetuo. Que estos versos recuerden que lo que vibra en el alma no se  desvanece con el crepúsculo: se transforma en semilla de eternos renacimientos.


Para ti, mi Pantera Negra.


In Tempore Incantato - En el Instante Encantado


Para quienes han habitado ese instante sagrado donde el tiempo deja de medirse, y el silencio se convierte en verbo, el cuerpo en altar, y el alma en llama que renace en el éxtasis compartido. Para quienes saben que en el encuentro más profundo se revela lo divino: en la entrega, en el temblor, en el silencio que canta y en la piel que se hace eternidad. Que estos versos sean el testimonio de que el amor, cuando es verdadero, no solo transforma los cuerpos: transfigura el alma.


Para ti, mi Pantera Negra.


Sabrás que te Quiero


Para quien ha amado más allá de las palabras, más allá de los encuentros, más allá incluso del tiempo. Para quien sabe que el amor verdadero no se termina con la distancia ni se apaga con el silencio, sino que perdura como un tatuaje en el alma, como un eco que regresa desde el mismo umbral de la eternidad. Que estos versos sean el testimonio de que algunos amores no necesitan estar presentes para ser inmortales: basta con haberlos vivido para que sigan latiendo en cada esquina de la existencia, en cada lluvia que  refresca la tarde, en cada luna que escucha el aullido de un nombre que nunca se fue.


Para ti, mi Pantera Negra.


Ven


Para quien ha llamado a la sombra y ha encontrado en su frío un fuego que desvela; para quien reconoce en lo lúgubre no solo un canto de crepúsculo, sino un reclamo íntimo que desgarra y apresa. Que estos versos sean el eco de aquella entrega donde la muerte y el deseo se funden en un mismo abrazo, y el alba, al morir, se convierte en la más trémula y eterna de las delicias.


Espero III - Polvo Estelar


Para quienes han dejado de ser dos para volverse un solo universo: ciegos de piel, sordos de todo menos del gemido que desgarra lo real. Para quienes saben que en el acto de amar se esconde el primer y el último segundo del tiempo, y que el clímax no es un final, sino el instante en que el verbo se hace carne, la llave encuentra su cerradura, y los cuerpos se esparcen como polvo de supernova para respirar nuevos universos en el silencio de un pecho compartido. Que estos versos recuerden que el amor, en su forma más brutal y hermosa, siempre fue esto: el acto final que nos convierte en eternidad.


Para ti, mi Pantera Negra.


Verbum Originis - La Palabra Originaria


Para quien ha encontrado en otro ser el origen de sus palabras, la tinta de sus madrugadas y el sentido que habita detrás de cada verso. Para quien sabe que el amor puede transfigurar la voz, inspirar lo que no se nombra y elevar el verbo hacia donde solo el alma vuela. Que estos versos sean un homenaje a ese amor que no solo se siente, sino que se escribe, se revela y se convierte en eternidad a través de la palabra.


Para ti, mi Pantera Negra.


Momento


Para quien ha sabido detener el tiempo en el latido de un beso, en el vuelo de una caricia, en el ritmo compartido de dos almas que se encuentran más allá de las horas. Para quien entiende que la vida, en su forma más pura, son estos instantes robados a la eternidad: donde las manos no dudan, los labios no calculan, y los cuerpos se funden como si el mundo terminara y empezara en un mismo abrazo. Que estos versos  recuerden que el amor verdadero no necesita eternidad: le basta un momento que se siente como infinito.


Para ti, mi Pantera Negra.


Veo


Para quien ha mirado en la luna umbría no solo luz, sino un estertor; para quien ha sentido que el tiempo no pasa, sino devora, y que las sombras no se desvanecen, sino que anidan en los repliegues del alma. Para quien sabe que el amor, cuando se vuelve ausencia, es una cripta fría pero también un seno donde el día, al morir, encuentra su más honda verdad. Que estos versos sean el espejo donde lo oscuro se reconozca, y el silencio, al fin, hable con los labios de la noche.


Espero II - El Despertar del Eclipse


Para quienes han sentido que el amor no siempre llega como susurro, sino como grito que quiebra el silencio, como eclipse que revela la luz que antes no se veía. Para quienes se atreven a dejar atrás los universos de hastío y morder el fruto prohibido del tiempo, entregándose al fuego ancestral que no pide permiso, sino que exige entrega total. Que estos versos recuerden que en el centro de toda pasión eterna late un pulso que no conoce miedo, solo el valor de arder y consumirse enteros en el incendio compartido.


Para ti, mi Pantera Negra.


Exitatio - Excitación


Para quien ha sentido que el amor no es solo un susurro, sino un despertar salvaje que rasga las sombras y revive incluso lo que creía muerto. Para quien ha sido altar y ruego, muerte y renacimiento, en el fuego compartido de unos labios y en la piel que se convierte en lenguaje. Que estos versos recuerden que el verdadero éxtasis no conoce límites, solo sabe latir en el diálogo silente de los cuerpos que se entregan a lo que el mundo no pudo nombrar.


Para ti, mi Pantera Negra.


Erupción


Para quienes han sentido que el amor no es solo un susurro, sino una erupción de los sentidos: un fuego que derrite el hielo, un vapor que dibuja nuevos mundos sobre la piel temblorosa. Para quienes saben que en el encuentro más ardiente se esconde la plenitud: donde los gemidos se entrelazan, los cuerpos se agotan de gozo, y el alba nace (no como un final) sino como un silencio dorado que guarda la promesa de volver a arder.


Para ti, mi Pantera Negra.


Olvido


Para quien lleva inscrito en las venas el fuego de un recuerdo que no cede, aunque el tiempo ignoto avance y la vida se vista de sombras. Para quien sabe que el olvido es solo otro nombre del alma cuando el amor se ha vuelto ceniza, pero una ceniza que alumbra, que quema, y late en los sótanos de la memoria. Que estos versos sean el eco de aquello que el tiempo no logra llevarse: la huella de unos labios, el temblor de un muslo bajo la luna, y ese aroma de jazmín que se niega a morir.


Espero I - La Paciencia Cósmica


Para quienes se reconocen más allá del tiempo y la memoria, en cada vida, en cada estrella, en cada intervalo de silencio. Para quienes saben que el amor verdadero no se mide en días, sino en latidos que atraviesan eones, y que el encuentro final (aquel que enciende los latidos apagados) siempre llega cuando el universo conspira para unir de nuevo lo que nunca realmente se separó.


Para ti, mi Pantera Negra.


Amor Totalis - El amor total


Para quien ha conocido el amor que no pide permiso y se ofrece completo, sin medias  tintas ni disfraces. Para quien ha sentido que amar es algo más que latidos: es entregar el  cuerpo como ofrenda y el alma como territorio eterno. Que estos versos recuerden que el  verdadero amor (aquel que perdura más allá de la carne) no se conforma con suspiros: quiere todo, lo da todo, y se vuelve llama que ni la muerte puede apagar.


Para ti, mi Pantera Negra.


Invítame

 

Para quien conoce el fuego que no pide permiso, sino que espera en la sombra, latente y persistente. Para quien ha sentido que la noche no es suficiente para contener el deseo, y que el alma no descansa hasta encontrar el brazo que calma su invierno interior. Que estos versos sean la brasa que encienda la invitación más íntima: la de entregarse al fuego compartido, a la caricia que no conoce límites, y a ese abrazo que es, al mismo tiempo, refugio y consumación.


Para ti, mi Pantera Negra.


Apariciones


Para quien ha sentido que el pasado no se despide, sino que merodea en la bruma, acariciando la memoria con promesas rotas y preguntas que nunca hallarán respuesta. Para quien convive con espectros que muerden el alba y encienden en el pecho un fuego oscuro de ausencia. Que estos versos sean el espejo donde las sombras se atrevan a hablar, y el silencio, por fin, se rinda a la palabra que exige ser nombrada.


Siempre III - El Éxtasis Celestial

 

Para quienes han llegado al centro mismo del fuego, y allí encontraron no cenizas, sino un cielo nuevo. Para los cuerpos que se han hecho canto, las miradas que se han hecho promesa, y las almas que, al fundirse, supieron que desde siempre estaban destinadas a latir juntas. Que estos versos sean la constelación que recuerde cómo se iluminó la noche cuando el amor dejó de ser profecía y se volvió eternidad compartida.


Para ti, mi Pantera Negra.


Infernum Desiderii - Infierno del Deseo

 

Para quien ha mirado el abismo de un deseo y decidió saltar, sabiendo que ardería, pero  prefiriendo el fuego a la frialdad de no sentir. Para quien entiende que amar puede ser un  pecado, una guerra, un infierno… pero es el único destino que vale la pena habitar. Que estos versos recuerden que algunas condenas se eligen con los ojos abiertos, y que el mayor de los riesgos es no atreverse a perderse en ellos.


Para ti, mi Pantera Negra.


Incesante


Para quien ha sido lágrima y beso, viento y tormenta, pétalo y huracán… y ha encontrado  en el amor no un momento, sino un latido que no cesa. Para quien reconoce que el deseo (cuando es verdadero) no conoce de fines, sino de eternidades compartidas. Que estos versos sean el eco de esa pasión que no pide permiso, sino que se ofrece… incesante, como el fuego que habita en tu nombre.


Para ti, mi Pantera Negra.